El padre de Nyck de Vries confesaba que no podía creer que fuera el propio Martin Whitmarsh quien le diera la bienvenida al llegar a la sede de McLaren, el pasado mes de enero. El número uno del equipo británico estaba acompañado por Anthony Hamilton, padre de Lewis. Nyck, uno de los talentos más espectaculares y precoces de los últimos tiempos en el mundo del karting, entraba a formar parte de la estructura de McLaren con tan solo catorce años.
El jovencísimo piloto holandés destaca por ese don natural, o divino para algunos, con el que son bendecidos un escaso número de privilegiados. Y que permite afirmar, como fuera el caso de Alonso o Hamilton en su día, que son ya pilotos de Fórmula 1 a falta solo de que el tiempo plasme ese don en cada categoría. Muchos imponderables acechan en el complejo mundo del automovilismo, pero en casos como el de De Vries no se trata de plantearse si llegará algún día a la Fórmula 1, sino de cuándo lo logrará, y cuánto tardará en proclamarse campeón. Quien quisiera haber conocido como fue la trayectoria en la infancia de talentos precoces como Hamilton o Alonso, tiene en Nyck de Vries un perfecto trasunto de ellos.
Ferrari y McLaren, a la caza del prodigio
Su ejemplo también refleja la endiablada dinámica de la Fórmula 1 por captar a los más precoces, de encontrar ese mirlo blanco antes que el rival. El “modelo Hamilton” supone captar un diamante en bruto para, a partir de entonces, pulirlo a base de invertir millones en su carrera deportiva hasta llevarle a la Fórmula 1. Un modelo que ha transformado el mundo de la competición automovilística. Porque Ferrari y McLaren pugnaron por el holandés. Algunos famosos ojeadores (como Alessandro Zanardi o el probador de Maserati Andrea Bertolini) avisaron a Stefano Domenicali de la necesidad de “cazar” a De Vries. En la Scudería se estaba creando su “Driver Academy” de jóvenes promesas que ya está en marcha, pero el retraso del proyecto fue aprovechado por McLaren, cuyos responsables dieron un ultimátum a Hendrik, el padre del fenómeno. Martin Witmarsh ganó por la mano a Domenicali.
A partir de ahora será Anthony, el padre de Lewis, quien se encargue de tutelar personalmente la carrera del holandés, calcándola a la de su hijo. Hamilton padre habla fascinado de De Vries: “Nyck cuenta con una personalidad especial, es un jovencito impresionante, y si le conocieras, te quedarías alucinado con su encanto”. ¿Y ve en él una continuación de Lewis? “Absolutamente”, contestaba al respecto, “pero cada uno persona es singular e individual. Schumacher fue el más grande Schumacher, Lewis igual, y Nyck va a entrar en la misma categoría, son grandes personalidades en sí mismas…”. Como anticipo, no está nada mal…
Como los grandes campeones
Qué tendrá un niño de quince años para ser tan perseguido por quienes cuentan con campeones del mundo en sus filas? El italiano Dino Chiesa tuvo a sus órdenes a Lewis Hamilton y Nico Rosberg en su equipo de karts. Ahora Nyck de Vries corre para su escuadra. Y Chiesa, toda una institución en la disciplina, está asombrado: “Primero de todo, tiene un nivel de profesionalidad que no se ve en un niño de quince años. Es completo en 360 grados. Llega a la tienda del equipo a las 6.30 de la mañana y ya está trabajando con el mecánico. Y así, hasta las ocho, cuando se va la luz”.
Y para quienes piensen en un insano “estajanovismo” infantil, Chiesa aclara: “Ha nacido para las carreras, y este es el centro permanente de sus pensamientos y su empeño”. De Vries subió a un kart, por primera vez, con cuatro años. Su físico también le ayuda, ya que pesa solo 37 kilos, y “como los grandes campeones”, según Chiesa, “tras treinta vueltas de una carrera muy tensa, se baja del kart sin una gota de sudor”.
En comparación a Hamilton y Rosberg, Chiesa añade un plus sobre ellos: “Siempre está concentrado. Con Nico y a Lewis de vez en cuando aparecía el adolescente que todos llevan dentro, algo normal. De Vries, por el contrario, no se concede ni un momento”. Eso sí, no ha abandonado sus estudios, con la ayuda de Internet y de verificaciones periódicas de un tutor en Holanda. Cuando el año pasado compitió en España, en el campeonato de Europa –donde ganó al hijo de Carlos Sainz- por las tardes estudiaba acompañado de su hermana.
Como Valentino Rossi
Su palmarés en el mundo del karting quita la respiración y, según ha llegado a cada categoría, ha ido batiendo a rivales de mayor experiencia, entre los que se encuentran pilotos profesionales de los mejores equipos de fabricantes de karts. Recientemente, ha realizado su primera gira por Estados Unidos y ha arrasado a sus rivales. En McLaren ya están pensando en alterar su plan inicial, y el próximo año parece que debutará en monoplazas para, en el 2012, competir en GP3, compartiendo ya calendario con grandes premios de Fórmula 1.
Casos como el de De Vries resultan fascinantes por cómo la naturaleza dota a algunos elegidos con un talento superior entre un ya selecto grupo nacido para el triunfo. Su carrera ofrece el atractivo, además, de poder constatar cómo crece esa privilegiada semilla que anticipa a un campeón del mundo en potencia. En definitiva, por todas sus circunstancias deportivas y personales, hablamos de un predestinado. “Con el respecto debido”, confiesa Dino Chiesa, “me recuerda a Valentino Rossi. En cada carrera ha demostrado su gran carisma, lo que es muy importante para triunfar más tarde en el automovilismo. Y estoy seguro de que triunfará”.
Solo ya por poder seguirla, y en McLaren ya han tomado partido, la historia de Nyck de Vries resulta apasionante. Apunten este nombre, y dentro de unos años hablamos…
Fuente: .Elconfidencial.com
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